17 abril 2009

Víctimas de nuestro propio progreso

No cabe duda, que conforme pasa el tiempo y la tecnología nos va ayudando con su imparable avance, la vida nos va siendo más cómoda y fácil.

¿Quién no recuerda cuando los primeros hornos de micro ondas salieron al mercado?

Era una verdadera revolución en la cocina, ya que los tiempos requeridos para preparar el desayuno, comida o cena, eran reducidos a una mínima porción respecto al tiempo especificado en la receta original.


O tal vez, sea más fácil el recordar cuando las VHS fueron sustituidas por los reproductores de DVD, ¿Rebobinar la cinta? ¿Qué diablos es eso?

¿Qué les parecen los teléfonos celulares, el microsoft windows, el internet, etcétera?

La verdad es que desde hace mucho tiempo antes, los "adelantos tecnológicos" como la lavadora y secadora, la cafetera, el tostador de pan, el aire acondicionado entre muchos otros, ya facilitaban la vida de sus usuarios, reduciendo tiempos, dinero y muchos, pero muchos esfuerzos.


Hoy por la mañana, mientras acudía a presentar mi declaración de impuestos, me percaté de "las bondades" de los avances en materia de seguridad informática y fiscal con que contamos los contribuyentes en México.

Ahora todo es por internet, y para poder accesar al sistema "On line" debes contar con una clave (que te proporciona el Sistema de Administración Tributaria) que se arma de 2 o hasta 3 archivos para proteger la seguridad de tu información, estos archivos al combinarse, pueden abrir la información para hacerla disponible, de otra manera, es imposible accesar a ella.

Lo más curioso, es que para tramitar dicha clave, debes hacer una larga fila y debes de llevar todos tus documentos en orden y sin falta para que el trámite sea más rápido y fácil.



Es decir, para hacer uso del sistema en internet, debes primero ir a las oficinas de Hacienda y hacer una espera (que por lo menos será de una hora, si llegas temprano) y tramitar tu clave, luego te vas a tu casa u oficina y ahora si, desde la comidad de tu lugar preferido (porque puedes hacerlo desde cualquier parte que tenga acceso a internet) puedes presentar tu declaración sin hacer filas ni perder tu tiempo... pues claro, si ya lo hiciste antes.


Esta experiencia, me hace pensar un poco, en las cientos de cuentas que hoy en día tenemos que memorizar, con el único propósito de hacer nuestra vida más cómoda (correos electrónicos, registro federal de contribuyentes, clave única de registro de población, cuentas bancarias, números de teléfono de casa, oficina y celular, etcétera) y sin contar con los endemoniados "Passwords", contraseñas o NIP, que todo el mundo te dice que deben ser diferentes entre si (como si todavía no fuera suficiente, debes tener la capacidad de asignar y recordar uno diferente para cada caso).


En fin, la verdad es que hoy día, somos víctimas de nuestro propio progreso, lo cual me lleva a sugerirte, que consideres el viejo acrónimo gringo KISS (Keep It Simple, Stupid) aunque no tengo la mínima intención de que lo tomes literal, (por lo de Stupid) de hecho, para hacerlo más suave, se le han dado otros significados a la última "S" como Sweet, Stuff, Short, etcétera para no herir susceptibilidades.


Trata de hacerlo, acorta tus procesos, usa un lenguaje sencillo con tus clientes y proveedores, no hagas presentaciones de venta tan rebuscadas, identifica necesidades y atácalas, las cosas simples de la vida siempre son más fáciles para todos, por eso dicen también, que lo más sencillo es lo más elegante.

Mientras tanto, agradezco a mi amigo Salvador Vázquez por llevarme a Hacienda y recomendarme el tema para la entrada de hoy y felicitarlo por su cumpleaños mañana.


Keep It Simple Son... please.


Buen fin de semana.


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