24 febrero 2012

Segundas partes...

Segundas partes nunca fueron buenas

Durante mucho tiempo se dijo que nada era igual de bueno la segunda vez, si se comparaba con la primera, de hecho se aplicó directamente en el cine con aquéllas películas que tenían secuelas y efectivamente, no causaban el mismo impacto que su predecesora… hasta que llegó “El Padrino” (The Goodfather II, Francis Ford Coppola, 1974) y rompió la regla.

Sin embargo, hoy quisiera dedicar este espacio a mi hermano: Julio César Alemán, quien hace un año, inició una segunda vida.

Hace un par de años, Julio recibió un diagnóstico de cáncer, un extraño tumor alojado en su estómago e hígado (Sarcoma hepático indiferenciado) con un pronóstico nada favorable para él: Tiempo de supervivencia: de 6 meses a 1 año.



He notado que hay gente que cuando recibe una noticia negativa (en cualquier escala que desees utilizar para medir la gravedad del asunto) simplemente se devasta, cuestiona a su Dios, al destino, a la humanidad y a la vida con la clásica pregunta “¿Por qué a mí?”



Una noticia negativa puede acabar con el ánimo de una o varias personas, con su manera de ver las cosas… con su actitud ante la vida.

Hay frases que marcan momentos y frases que marcan vidas, Julio dijo una de éstas últimas ante su situación: “Si me pasa a mí, es porque puedo con el paquete”.

Y no solo fue una frase, sino una muestra contundente de su actitud ante la situación: No se iba a dejar vencer sin pelear.


Tras una operación donde le extirparon el estómago y la mitad de su hígado, inició una serie de sesiones de quimiterapia, tratamientos experimentales con un medicamento llamado “escozul”, los cuidados caseros, el apoyo moral de cientos de amigos y compañeros, pero sobre todo cargado de una impresionante actitud y deseo de superar el obstáculo.




Menos de un año después de su operación, y hace exactamente un año, Julio recibió la noticia de haber superado satisfactoriamente la prueba de vida, no había en él, rastro alguno de células cancerígenas y salvo que sigue sin estómago, todo ha vuelto a su normalidad.


Los médicos nos confirman que las manos y pericia del cirujano, fueron importantes para combatir al cáncer, los cuidados y apoyo moral son medicina pura para el alma y el cuerpo, los milagros de Dios quedan de manifiesto en estos pequeños grandes detalles, pero la actitud de Julio, fue lo que definitivamente le salvó la vida, mi hermano DECIDIÓ tener una buena actitud, no dejarse caer y vencer el obstáculo, porque “si le pasó a él, es porque puede con un paquete así”.


Como dije antes, hay frases que marcan momentos y frases que marcan vidas, la frase de mi hermano ante su situación, me ha marcado mi vida y la forma de cómo –a partir de hoy- enfrento los obstáculos que puedan presentarse.

Julio: Muchas felicidades en este primer cumpleaños de tu segunda parte, que promete ser tan buena como su antecesora.

Gracias carnal, por esa gran enseñanza, gracias por ser mi ejemplo a seguir.



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Monterrey, Monterrey, Mexico